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domingo, 31 de marzo de 2013

Los negocios sucios del Príncipe Rainiero y sus consecuencias: el asesinato de Grace Kelly

El Príncipe Rainiero III de Mónaco y Grace Kelly.


Esto no es un cuento de hadas...
Cuando Grace Kelly contrajo matrimonio con el Príncipe Rainiero III de Mónaco el 18 de abril de 1956 en el Salón del Trono del Palacio de Mónaco, el reloj comenzó un inexorable tic-tac hacia atrás. Se iniciaba una cuenta regresiva que iba a culminar fatídicamente el 14 de septiembre de 1982. Aquel mundo de ensueños, aquellas historias de cuentos de hadas, que la gente común se imaginaba al ver a la "felíz pareja" monegasca, poco y nada tenían que ver con la realidad.
Puertas adentro del palacio real de Mónaco, Rainiero III, perteneciente a la familia de los Grimaldi, manejaba un imperio diminuto como pocos y peligroso como ninguno. Los Grimaldi eran una casa noble con origen en Italia, que había tomado el poder del Señorío de Mónaco de la mano de Francisco Grimaldi en el año 1297, valiéndose de legiones que llegaron vestidas como monjes franciscanos. Tal vez aquella imagen sea la perfecta representación de lo que vendría después: la imagen era una cosa y la realidad era otra...
Rainiero III, con siglos de poder absoluto en la zona y con esa peligrosa sensación de impunidad que otorga muchas veces el hecho de pertenecer a la "elite" mundial, hizo y deshizo lo que quiso a su antojo en su "querido Mónaco" desde que fue entronizado el 12 de abril de 1950.
La aureola de cuento de hadas que siempre ha envuelto a Mónaco distaba (y dista) muchísimo de lo que sucede tras bambalinas, lejos de las miradas de la gente común. Como siempre sucede.

Grace Kelly y Rainiero Grimaldi.


El apriete de Rainiero a la Mafia.
Cuenta la historia que una noche el Príncipe Rainiero III se topó en el Casino de Montecarlo cara a cara con un agente de la C.I.A. que, vaya casualidad, era miembro de la famosa Mafia X, o sea la elite que controla los hilos a nivel mundial. El encuentro lejos de ser amistoso culminó casi tan pronto como había comenzado, con la lapidaria amenaza frase lanzada por E.S. (las iniciales del mafioso en cuestión). "Si no colaborás y nos ponés trabas; mataremos a toda tu familia: uno a uno..." lanzó impunemente ante la atónita mirada de los custodios de Rainiero. El staff de seguridad del Príncipe de Mónaco quiso reaccionar y trató de accionar contra E.S., pero de inmediato Rainiero III, sabiendo a la perfección con qué clase de gente estaba tratando desde hacía décadas, se los impidió.

El mafioso no se conformó con lanzar aquella lapidaria advertencia y antes de sarlir del Casino remató la faena: "La guadaña brillará muy pronto en el desfiladero..."

Rainiero no era ajeno a este tipo de "trato" con la gente. Él mismo sabía a qué se exponía cuando se había decidido a dar luz verde al inmundo blanqueo de capitales, a los inmorales movimientos con dinero de dudoso origen y a todo tipo de negocios sucios. Como casi todos los grandes aristóctratas de su estirpe, Rainiero no sólo hacía la vista gorda sino que además se beneficiaba constantemente con el blanqueo de dinero que tantos corruptos socios que tenía llevaban adelante sobre todo en los hoteles y casinos de Mónaco. Así se hizo este Mónaco moderno, a fuerza de negocios viles y sucios, con dinero de narcotráfico, armas, prostitución y tantas otras cosas más. Todo fue precisamente "un cuento de hadas" hasta que a Rainiero se le ocurrió la bendita idea de pedir un aumento en sus comisiones...
Para decirlo de manera mucho más sencilla: Rainiero les exigía más dinero a los delincuentes para que puedan seguir haciendo sus negocios sucios en Mónaco.

Lejos de amilanarse y después de que Rainiero "se plantara" exigiendo una suba en sus comisiones, los popes de la Mafia X optaron por darle al Príncipe de Mónaco una dura lección. Mediante una compleja red de espías, la mafia tomó contacto finalmente con el automóvil particular de la Princesa Grace Kelly. Debía ser un golpe certero y lo suficientemente doloroso e impactante de modo tal que Rainiero apaciguara sus ínfulas. Y así fue.

Atentado contra Grace Kelly.


La Princesa que no pudo frenar...
Un 13 de septiembre de 1982 Grace Kelly estaba circulando con su Rover por una serpenteante ruta monegasca en dirección a Montecarlo. Faltaban unos 10 kilómetros para llegar a destino tras una jornada que se había iniciado de manera tensa entre Grace y su hija Estefanía. Madre e hija habían discutido y durante el viaje de regreso a Montecarlo el aire se cortaba con cuchillo entre ambas. Grace Kelly, curiosamente y a pesar de que era bastante reacia a manejar, se negó a ser conducida por un chofer y decidió en cambio tomar el volante de su Rover junto a su hija aquella jornada. Cuando se desplazaba por la sinuosa ruta y acercándose a un retome de 180° de baja velocidad (20 kilómetros por hora) un testigo que circulaba relativamente cerca declaró que vio como claramente las luces de stop del Rover no se encendían al llegar a la curva , tras lo cual el auto dio varios tumbos cayendo por un profundo barranco y quedando con las ruedas hacia arriba. La princesa no pudo frenar. Los fernos jamás respondieron a la orden de su pie derecho...
Seste Liquio era el propietario de la finca en donde cayó el Rover de Grace Kelly y fue él mismo quien ayudó a salir del auto a Estefanía sin adevrtir quienes eran en realidad las ocupantes del auto.
Curiosamente aquella fatídica ruta era la misma en la que se la podía ver a la bella Grace conduciendo un auto en la famosa película de 1955 "To catch a thief" (Atrapa a un ladrón), protagonizada por ella misma junto a Cary Grant y dirigida por el genial Alfred Hitchcock... pero esa es otra historia de misterio y suspenso (muy coincidente, por cierto...).

Lugar del atentado contra Grace Kelly.


Como en tantos otros casos, la "investigación" (así, entre comillas) dejó bastante (mucho) que desear. Sin que mediara una inspección adecuada del lugar, sin que los peritos hayan revisado las cercanías y trataran de entender la dinámica del accidente mortal de Grace Kelly, se emitió un comunicado oficial en el que se decretaba como causa oficial del accidente un desperfecto en los frenos. Los peritos aún estaban en el lugar del accidente cuando el comunicado se dió a conocer al mundo entero...

Funeral de Grace Kelly.


Un accidente repentino. El shock mundial por la muerte de una personalidad famosa y querida. Un mensaje claro y contundente hacia quien había osado intentar poner en apuros a la mismísima Mafia X y el rebote de la noticia en todos los medios del mundo haciéndose eco de la "versión oficial" de accidente, ocultando la de atentado.
Grace Kelly falleció el 14 de septiembre de 1982 y poco después los jefes mafiosos volvieron a ponerse en contacto con Rainiero. No se anduvieron con vueltas: "¿Has entendido Rainiero? si necesitas otra demostración, entonces haremos lo mismo con cada uno de tus hijos..."
El Príncipe de Mónaco se dedicó a mostrarse destrozado tras la muerte de Grace Kelly y nunca más volvió a tocar el tema. El mensaje se había recibido. La lección había sido aprendida.