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martes, 18 de febrero de 2020

El misterioso asesinato en Mendoza del biólogo nazi Heinz Brücher, que planeaba erradicar la cocaína

Heinz Brücher tuvo dos grandes planes: crear un huerto de 'plantas superiores' e inmortales para abastecer al Tercer Reich, y -luego, en Argentina- diseñar un hongo que acabara con las plantaciones de coca (y el negocio millonario de la cocaína).

Heinz Brücher en Mendoza, Argentina.


En la zona en donde vivía, todos lo conocían como "don Enrique", pero su verdadero nombre era Heinz Brücher. El hombre era biólogo, botánico y genetista, pero por sobre todas las cosas era nazi. Llegó a la Argentina en 1948, por un acuerdo con el Gobierno argentino del General Juan Domingo Perón. Vivía en su propio mundo, apartado de la mirada inquisidora de los demás; y ese mundo era su finca en la localidad de Ugarteche, al norte de la provincia de Mendoza, en Argentina. El sitio fue bautizado por él mismo como "Cóndor Huasi" (Huasi: vocablo de procedencia quichua que significa casa, habitación, domicilio, nido, cueva).

En las puertas lucían esculturas de hierro en forma de águilas, bien al estilo alemán, con innegables reminiscencias de la iconografía del nazismo. Vivió muchos años allí, casi en el anonimato, y todo terminó el 17 de diciembre de 1991, a sus 76 años de edad, cuando ya viudo, fue encontrado muerto en su casa.

La extraña muerte fue por asfixia: alguien se había encargado de colocarle cinta aislante en la boca y en la nariz. También le habían atado pies y manos. Lanzadas al aire varias conjeturas, lo concreto es que Brücher tenía varios enemigos que venían incluso de sus años de juventud en el Tercer Reich de Adolf Hitler. El caso se archivó con sorprendente rapidez, y nunca -jamás- se encontró a los culpables. Inicialmente se detuvo a un jornalero paraguayo, pero resultó que tenía una buena coartada. La investigación policial determinó súbitamente que el móvil de esa curiosa muerte había sido el robo, pese a que no faltaba nada en el domicilio del biólogo nazi.


Finca "Cóndor Huasi", en Ugarteche, Mendoza, Argentina: allí asesinaron al nazi Brücher.


¿Se trató de una venganza? ¿Quién y por qué podría haberlo asesinado?
Hay varias teorías al respecto.

Los primeros sospechosos del crimen podrían ser los rusos: Cuando servía a las SS, Brücher se había dedicado a saquear los bancos de semillas de la Unión Soviética para conseguir unas plantas de raza superior que alimentasen a todo el Tercer Reich. La idea era que pudieran crecer en cualquier tierra y bajo cualquier clima. Comida para siempre, una huerta resistente a cualquier tipo de plaga, incluso la sequía o la inundación.

Otros sospechados de haber cometido el asesinato, fueron los israelíes: éstos también "se la tenían jurada", ya que contaban con comandos especiales para cazar a los nazis que huyeron de Alemania, y muy en especial a la Argentina del presidente Juan Domingo Perón; como en su caso.

Finalmente, una tercera opción sobre los responsables del crimen, parece ser la más verosímil: la de los cárteles de droga. Y esto tiene su buena explicación: es que Brücher tenía otro plan secreto. Quiso diseñar una enfermedad mortal para las plantaciones de coca. Soñaba con la eugenesia y la aplicó también a la agricultura. Cuando su esposa y su hijo menor fallecieron en un accidente automovilístico, después de la guerra, el nazi decidió apartarse de la sociedad y dedicarse a investigar en su finca, por su propia cuenta. Pero cometió un error letal: en 1989 publicó uno de sus textos científicos en inglés firmado con su nombre verdadero.


Heinz Brücher: en Alemania, 1930 (izquierda) y en Mendoza, 1975 (derecha. Foto: D. W. Gade)


Su trabajo se focalizó en un hongo que atacaba la hoja de coca. De hecho, el estudio que publicó incluía referencias de este tipo, algo que lo habría puesto en la mira de las agencias antidrogas de los Estados Unidos, (que querrían aprovechar al máximo su conocimiento) o de los traficantes de drogas, de quienes se sospecha que enviaron dos sicarios a matarla a su propia casa.
 El día de su asesinato, dos bolivianos habían al aeropuerto de Mendoza. Alquilaron una camioneta y se los vio merodeando la zona de "Cóndor Huasi". Al día siguiente regresaron a Bolivia y nunca más se los volvió a ver por el lugar.

Tras la muerte (asesinato) de Brücher, muchos avalaron esta tesis. Entre ellos estuvo, Daniel Gade, profesor de Geografía de la Universidad de Vermont. Gade relató que el nazi éste le había contado, por correspondencia, que estaba estudiando un producto capaz de destruir las plantaciones de coca sin dañar al resto de plantas.

Otra fuente fue Vicente Cabrera, un jornalero que trabajaba para el biólogo nazi en Mendoza; quien dijo que iba a ser su cómplice: "Yo debía viajar a Bolivia con una jeringa -que supuestamente contenía el hongo modificado- para infectar a un área de unas 200 hectáreas de coca. Pero diez días antes de la fecha prevista para mi partida, lo asesinaron. Si yo hubiera estado en la finca aquella noche, también me habrían matado".

Como fuera, lo real es que nunca se supo por qué (y a manos de quién) apareció muerto en Mendoza el nazi Heinz Brücher. Lo que sí se podría afirmar es que quién se encargó de "pasarlo a mejor vida"...no era un simple ladrón.


Marcelo García


Fuentes:
https://www.elespanol.com/cultura/historia/20180925/misterioso-asesinato-biologo-nazi-queria-erradicar-cocaina/340467021_0.html

https://www.ozy.com/flashback/who-killed-the-nazi-botanist-trying-to-wipe-out-cocaine/83066/


viernes, 22 de noviembre de 2013

Para aquellos que necesitan ver para creer...

Para aquellos que aún creen. Para aquellos que piensan que a quienes votamos, les damos efectivamente las herramientas que cambiarán las cosas. Para aquellos que leen y aceptan la historia oficial dejando de lado la historia real. Para aquellos que necesitan ver para creer...



jueves, 11 de octubre de 2012

El Holocausto cristiano en Nigeria: Silencio internacional

Las víctimas cristianas en Nigeria, Diciembre de 2011.


Lejos de las miradas del mundo "civilizado" que tantas veces le presta atención a tanta cosa sin sentido y busca desviar la mirada de quienes intentan ocuparse de lo realmente importante, lejos del rechazo que debería llegar y nunca lo hace, allá lejos, en un sitio tan remoto como Nigeria en el continente africano, siguen sucediendo cosas que no muchos imaginan a esta altura del siglo XXI en este planeta. Cuando hablamos de Holocausto, irremediablemente (y no sin motivos, por supuesto) pensamos sin lugar a dudas en las páginas más nefastas de la historia y el exterminio sistemático sobre todo del pueblo judío a manos de los carniceros nazis comandados por la bestia de Adolf Hitler y sus cómplices.
Pero lamentablemente muchos otros holocaustos se siguen sucediendo y, lo que es aún más grave, ante la indiferencia de tantísima gente y de tantos gobiernos y líderes mundiales que parece "hacer la vista gorda" vaya uno a saber por qué...

Lo sucedido en Nigeria el 24 de diciembre de 2011, en la víspera de la Navidad Cristiana, es una pequeña muestra del salvajismo al que aún ciertas minorías (eso son los Católicos Apostólicos Romanos en ese país de África) se ven expuestas sin la más mínima capacidad de defensa, propia y de otros.
La O.N.U. ha condenado tibiamente este asesinato en masa consistente en 5 diferentes ataques coordinados y llevados a cabo por la Secta Islamista Boko Haram que han dejado como saldo centenares de muertos calcinados, incluyendo hombres, mujeres y niños.

Cristiano calcinado en Nigeria. Diciembre 2011.


Durante los últimos años en Nigeria (fundamentalmente) ha crecido el odio hacia los cristianos hasta límites nunca antes sospechados e imaginados. El mensaje de las diferentes sectas musulmanas en la región es contundente, unificado y letal: la educación fuera del Islam es un pecado (*).
Este tremendo Holocausto que se da en Nigeria también tiene su réplica en otros lugares de África como por ejemplo Ruanda en donde el odio y la persecución religiosa parece no tener límites amenazando con la desaparición total del cristianismo.

Pero, ante todo ésto cabe la pregunta inevitable ¿Y los organismos internacionales defensores de los Derechos Humanos? ¿Dónde están?
Las tremendas imágenes de esta nota han sido posteadas en Facebook recientemente por Juan Carlos Martos (Misionero de los hijos del Corazón de María, Claretiano) en busca de una respuesta, o bien, algunas reacciones tendientes a concientizar y a "sacudir" a los desprevenidos que han hecho de cuenta que "allí no ha pasado nada". Pero todavía estaba por llegar algo aterrador. De acuerdo a las "políticas" de Facebook, la imagen del Holocausto cristiano en Nigeria fue catalogada como "material pornográfico, violento o inapropiado" con la consiguiente prohibición del nombrado para publicar cualquier otra fotografía durante una semana. Así mismo (y siempre ante el dramático silencio internacional de cualquier índole) las autoridades de la red social le "advirtieron" a Martos que tomarían "medidas drásticas" si es que proseguía intentando demostrar la matanza de cristianos en Nigeria.

Pocas son las esperanzas que quedan ante semejante indiferencia, o mejor dicho "complicidad asesina". Las matanzas continúan hoy en día mientras el mundo sigue girando tratando de ocultar lo inocultable. No sólo debemos considerar Holocaustos aquellos tremendos y salvajes de otros tiempos. No sólo Hitler, Stalin hicieron los suyo. No sólo las bombas atómicas de los norteamericanos sobre poblaciones civiles japonesas se encargaron de adoptar ese inentendible "costado moral en pos de una causa" en contra de inocentes de toda inocencia. La historia, lamentablemente, es cíclica y los hechos se repiten, con otros protagonistas, en otros lugares, con los mismos lamentables resultados de incomprensión, persecución y exterminio. Y con el mismo silencio y complicidad de ciertos líderes mundiales...

(*) Fuente: ElUniversal.com / BajandoLineas.com.ar

domingo, 25 de marzo de 2012

Un tibio llamado tras el asesinato de Robert Kennedy

Robert Kennedy ya mortalmente herido, sostenido por Juan Romero.

A las 12:15 hs. del 5 de junio de 1968 resonó un disparo en el pasillo que llevaba a la cocina del Hotel Ambassador, en la ciudad de Los Angeles. El pánico y la desesperación se apoderaron de los presentes en el lugar, quienes acababan de vitorear a Robert Kennedy apenas cuatro horas después de haberse consagrado en las elecciones primarias demócratas en California, cosa que le aseguraba el camino a la Casa Blanca.
El jefe de seguridad de Kennedy, era William Barry, un exagente del FBI, acompañado por otros dos guardaespaldas no oficiales (una custodia sugestivamente escueta para un futuro contendiente al sillón de  la oficina oval...). La gran cantidad de gente presente hizo que los planes de "evacuación" de Robert Kennedy se modificaran y el candidato demócrata optó por seguir al maitre del lugar por una salida que lo llevaría por la parte trasera.
Sirhan Sirhan, era un inmigrante palestino que logró escabullirse entre "tanta seguridad" y al acercarse a Kennedy, disparó en dos oportunidades las balas que se encontraban en el cargador de su revólver calibre 22 Iver-Johnson Cadet. El senador cayó pesadamente al suelo y Barry trató de consolarlo colocándole un abrigo debajo de su cabeza a modo de almohada. De inmediato Barry se percató del balazo en la cabeza y la gravedad de las heridas producidas... Varios lograron golpear y detener al asesino, mientras Juan Romero, un testigo "privilegiado" del hecho le sostenía la cabeza al infortunado Kennedy a punto de morir. La última pregunta de Kennedy se dejó escuchar: "¿Están todos bien?"... "Sí, todo va a salir bien" -le respondía Romero.

Lo que no iba a salir bien era el pedido de auxilio desde el hotel a la policía... Dos empleadas del Hotel Ambassador intentaron conseguir la llegada de la policía al lugar pero, del otro lado de la línea, la reacción dejó mucho que desear.
En el video a continuación, parte de las imágenes del asesinato y la grabación del sugestivo llamado telefónico... ¿Es que... había que dejarlo morir?



lunes, 12 de marzo de 2012

La pista inglesa: ¿Churchill mandó matar a Mussolini?

Cuerpos de Mussolini y su esposa (segundo y tercero desde la izq.) y Churchill.

Lo maquiavélico de ciertos actos perpetrados por Winston Churchill, primer ministro británico durante los oscuros días de la segunda guerra mundial, no siempre han ocupado la primera plana de los diarios y mucho menos han sido los que más se han destacado en los relatos que hablan de lo que hizo o lo que dejó de hacer ese hombre que goza de gran reputación en la "historia oficial". Churchill no era un santo, Nadie lo es, por supuesto, pero el caso del mandamás inglés es muy particular dado que ha pasado a la historia como un hombre impoluto y carente de toda hilacha capaz de hacerlo tambalear en la memoria colectiva.
Así como ha quedado demostrada la trampa que Churchill le tendió a Rudolf Hess en 1941 haciéndole creer que efectivamente estaban llevando a cabo tratativas de paz (ésto es algo penado como crimen de guerra), ahora sale a la luz otro hecho que pone de manifiesto lo sistemático del uso de la mentira y el ocultamiento de parte de Churchill en su accionar.

Durante muchos años se ha creído que la muerte del Duce, Benito Mussolini, y su mujer Clara Petacci había sido entera responsabilidad de partisanos italianos furiosos con el rabioso dictador. Los libros de la historia oficial, el Lado A, dicen eso y así quedará registrado para todos los tiempos. Algo de verdad hay en eso, sin embargo hace poco se han dado a conocer las declaraciones de un partisano de entonces, quien además escribió un libro en 1978 llamado "Aquel 28 de Abril" (N. de la R.: fecha de la muerte de Mussolini), quien asegura que ha sido él mismo quien disparó contra el fascista dictador italiano. Bruno Giovanni Lonati (en la segunda foto de la nota), era el comisario político de la 3ª Brigada Partisana "Garibaldi" y afirma sin temor a equivocarse que los hechos no han sido tal como se escribieron en la historia hasta ahora conocida.

Bruno Giovanni Lonati (laprovinciadilecco.it)

La versión de Bruno Giovanni Lonati apunta directamente a seguir la llamada "pista inglesa" y hace concreta referencia a que el cerebro tras la solicitud de asesinato de Mussolini, no ha sido otro más que el propio Winston Churchill. Los motivos no serán difíciles de encontrar: tanto Churchill como Mussolini compartían un sentimiento imposible de ocultar, su profundo odio al comunismo. Dada esta situación entre ambos, se sabe que Churchill mantuvo durante largo tiempo una fluída comunicación con el Duce a través de cartas personales y cuando el final llegó inexorable para el líder italiano, Churchill creyó conveniente no sólo eliminarlo sino también deshacerse de la tan conflictiva correspondencia entre ambos.
Aquel 28 de Abril de 1945, todo se habría dado de "maravillas" para Churchill. Mussolini siempre viajaba con una valija cargada de su correspondencia más secreta y confidencial, también (obviamente) las cartas de Churchill. En aquella jornada se dio la chance de exterminar todo de un plumazo: Mussolini, su mujer y las cartas comprometedoras para el flemático y duro primer ministro inglés. Todo fue destruído.

Bruno Giovanni Lonati, finalmente, tenía algo más para agregar: si bien él efectivamente era un partisano y había disparado contra Mussolini, la orden de ejecución contra el dictador se la dieron directamente agentes del servicio secreto británico.