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sábado, 30 de enero de 2016

El "Ángel de Budapest" que engañó a Hitler y se enfrentó al Generalísimo Franco

Ángel Sanz Briz, el diplomático español que -engañando a Hitler y desoyendo a Franco- 
salvó a miles de judíos del Holocausto.

Ángel Sanz Briz, nacido en Zaragoza el 28 de septiembre de 1910, fue un español que tras estudiar Derecho e ingresar en la Escuela Diplomática, se enroló en las tropas franquistas apenas iniciada la Guerra Civil Española en 1936, tras lo cual -y una vez finalizada la misma tres años después- fue destinado por el gobierno español a Egipto como Encargado de Negocios de la embajada de su país.
Pero en realidad, fue mucho más que sólo eso.
En 1942, a sus 32 años de edad, contrajo matrimonio con Adela Quijano y Secades y recibió su segundo destino como encargado de negocios, pero en esa oportunidad asignado a la embajada española en Hungría, un Estado aliado a las potencias del Eje, en donde -sin embargo- aún no se había llevado a la práctica criminales medidas de exterminio de judíos y otros como las que ya estaban en marcha en toda la Europa ocupada por los nazis.(1)

Pero todo cambió drásticamente en marzo de 1944 cuando la Alemania de Adolf Hitler  invadió Hungría y fue el propio Adolf Eichmann quien se trasladó a la ciudad de Budapest para supervisar personalmente los nuevos  planes de exterminio de la comunidad judía del país, donde fueron asesinados durante el holocausto unos 565.000 judíos por los nazis.(2)
El 25 de junio de ese mismo año, Sanz Briz -poniendo en riesgo su propia vida ante las nuevas autoridades de la ocupación nazi- envió una carta informando secretamente a Madrid de las disposiciones anti-judías; algo de lo que (se supone) no estaba debidamente al tanto el Generalísimo Francisco Franco.
De todos modos, nadie se movió demasiado -excepto él mismo- y en el transcurso de apenas dos meses, unos 500 mil judíos fueron expulsados de sus hogares y deportados. Sin embargo, Sanz Briz no se dio por vencido ni mucho menos.

Así, su trabajo y desempeño como diplomático en Budapest estuvieron clarmente marcados por un profundo análisis de su propia conciencia, dado que -debido la "neutralidad" española en la Guerra-por supuesto que no estaba obligado en lo más mínimo a tomar una iniciativa tan arriesgada y peligrosa como la de refugiar a la mayor cantidad de judíos posibles en sus casas de acogida de la legación española, incluso poniendo dinero de su bolsillo y exponiendo su pellejo. Como las instrucciones recibidas desde Madrid fueron en la mayoría de las veces ambiguas, Ángel Sanz Briz se atrevió a desconocerlas y redoblar la apuesta. De hecho, el alarmante silencio de Madrid equivalía -a todas luces- a un dejar hacer a los nazis ocupantes.
Hitler y Franco, pese a todo, serían burlados.
El "Ángel de Budapest", tal como en adelante se lo conocería, siguió insistiendo a través de correspondencia a Madrid sobre el preocupante estado de cosas. Así, anotó en reiteradas oportunidades a sus superiores que "No obstante, en la nota verbal de referencia no se hace mención al hecho de que entre las 500.000 personas deportadas había un gran número de mujeres, ancianos y niños perfectamente ineptos para el trabajo y sobre cuya suerte corren en este país los rumores más pesimistas" (3), tras lo cual agergaría que "conseguí que el Gobierno húngaro autorizase la protección por parte de España de 200 judíos sefardíes (...) Después la labor fue relativamente fácil, las 200 unidades que me habían sido concedidas las convertí en 200 familias; y las 200 familias se multiplicaron indefinidamente, con el simple procedimiento de no expedir salvoconducto o pasaporte alguno a favor de los judíos que llevase un número superior al 200".

Al final del camino, las vidas de judíos salvados por el "Ángel de Budapest" fueron 5.000.
En cualquier caso, el valiente diplomático siempre obró por cuenta propia, aún sabiendo sobre las posibles posteriores consecuencias.
Años más tarde apareció en Washington un documento, escrito por Sanz Briz en el año 1946, en el que dejó claro que había actuado de motus propio y que siempre y en todos los casos, la respuesta oficial del gobierno de Franco fue la de mirar hacia otro lado y darle vía libre a los nazis. Sobre los posibles motivos por los cuales el Generalísimo jamás se decidió a matarlo ante semejante falta de lealtad y obediencia, el diplomático guardó un profundo e infranqueable silencio hasta el mismísimo final de sus días.
Como fuera, Sanz Briz continuó su carrera diplomática y posteriormente fue destinado a las ciudades de San Francisco y Washington (en Estados Unidos), Lima, Berna, Bayona, Guatemala, La Haya, Bruselas y -finalmente- Pekín.
El 9 de marzo de 1973 Ángel Sanz Briz, su secretaria, Aurora Aranaz, y el catedrático de Filosofía Iñaki Preciado Idoeta, convertido en su traductor personal, abrieron la embajada en Pekín. Sanz Briz a sus 63 años era de los más veteranos del escalafón diplomático y fue el primer embajador español en China. Se presentó como voluntario para aquella plaza por motivos -según él dijo- meramente personales.(4)
En 1976 fue destinado a Roma como embajador de España ante la Santa Sede, donde falleció el 11 de junio de 1980.
Se fue de este mundo sabiendo que todo había valido la pena (incluso el riesgo) y que con la suya, había salvado tantísimas otras vidas más.


Marcelo D. García
Historias Lado B



Referencias:
(1): Lacruz, José. «El ángel de Budapest». El periódico del Estudiante. El Periódico de Aragón. Consultado el 2008.
(2):  El destino de los judíos de Europa - El exterminio de los judíos de Hungría - Yad Vashem.
(3): Sella, Joan (25 de mayo de 2012). RTVE, ed. «Sanz-Briz, El Ángel De Budapest». RTVE. Consultado el 9 de agosto de 2012.
(4): Galarraga, Naiara (10 de marzo de 2013). El País, ed. «El traductor de la China de Mao». Consultado el 5 de abril de 2013.
Artículo consultado:
http://elpais.com/diario/2010/10/03/necrologicas/1286056801_850215.html


jueves, 22 de agosto de 2013

Isidro Lángara: el futbolista que le ganó a la intolerancia de Franco, Hitler y Mussolini

¿Pudo una pelota de fútbol ser alguna vez más poderosa que toda la maquinaria de guerra puesta al servicio de la muerte y la destrucción? ¿Pudo alguna vez un simple jugador de fútbol quitarle el sueño a tres de los más encumbrados dictadores de la historia de la humanidad? Como si se tratara de un inpensado héroe de la resistencia frente a los horrores de las más violentas dictaduras, Isidro Lángara, fue quien logró oxidar los nervios de acero de líderes autoritarios como Francisco Franco, Adolf Hitler y Benito Mussolini. Los tres por igual tuvieron motivos para detestarlo y practicamente querer borrarlo de la faz de la Tierra. 
Esta es la historia de Isidro Lángara, el jugador de fútbol que le ganó a la intolerancia a fuerza de goles y una buena dosis de valentía. Una goleada al horror.

Por Marcelo D. García para Historias Lado B.


Francisco Franco, Isidro Lángara, Benito Mussolini y Adolf Hitler.


Fútbol, propaganda e intolerancia.
Que el fútbol hace rato ha dejado de ser simplemente un juego ya no quedan dudas. No es extraño ver a encumbrados políticos, a exitosos empresarios, a mediocres dirigentes codearse con amigos y enemigos pugnando por conseguir un primer plano en la foto victoriosa que ilustrará  la primera plana de los medios mundiales. Inescrupulosos, cuasi delincuentes, usurpadores de los dineros ajenos y en muchas ocasiones generadores de asociaciones ilícitas y violentas con la frase "divide y reinarás" como lema principal entre ceja y ceja lo lograron: el fútbol ya no es un juego.
Pero... ¿es que acaso alguna vez lo fue? En las tribunas y dada la pasión genuina de la mayoría de los aficionados, muy posiblemente sí. Desde el punto de vista de la utilización con fines políticos y personales, no.
Al mirar hacia atrás resulta difícil notar alguna diferencia entre las conductas de los dirigentes actuales y las de otros tiempos. Irresponsables representantes de clubes e instituciones, mercenarios del poder a cargo de nefastas políticas deportivas y de seguridad, aprovechadores de las masas poco pensantes, acarreándolas, llevándolas de las narices, propiciando negocios de dudosa legalidad y generando violencia disfrazada de pasión tribunera. Lo que vemos hoy en día no se aleja demasiado de la barbarie de otros tiempos, sólo que con aspecto de otra cosa, aunque con similares nefastas intenciones.
La importancia de la "propaganda" es vital para cualquier régimen. No hay distinciones de signos e ideologías en este punto. De derecha, de centro, de izquierda, todo da igual. Lo es en la actualidad y lo fue, llegando a límites insospechados, también con anterioridad. Negocio y una manera populista de llevar la mirada y atención de la gente común hacia donde se le ocurra al dirigente de turno.

Dictadores como Francisco Franco, Adolf Hitler y Benito Mussolini han sabido de ésto y lo han utilizado hasta límites insospechados. Ellos han sido las cabeceras de playa más visibles de la violencia, la intolerancia y la destrucción puestas a su entero servicio y también, por supuesto, han sabido sacar el debido provecho de la propaganda política y, entre otras cosas, la utilización indebida de los eventos deportivos. El fútbol no ha sido la excepción. En eso, el papel de este deporte maravilloso no ha cambiado tanto como pudiera llegar a creerse.
Y para que esos conspícuos personajes de la historia pudieran lograr sus objetivos, sus representaciones deportivas debían salir victoriosas, del mismo modo en que ellos fogoneaban a sus poderosos ejércitos en los campos de batalla, así también buscaban la supremacía en eventos deportivos. No era concebible la existencia de un otro que se oponga, un rival, un contrincante, un contendiente superior. Y entonces apareció un tal Isidro Lángara...

Algo sobre Lángara.
Isidro Lángara Galarraga nació en Pasajes, Guipúzcoa (España) el 25 de mayo de 1912. Fue un gran futbolista español que jugó en 12 ocasiones integrando la Selección de fútbol de España, anotando 17 goles y consiguiendo así una de las mejores marcas de tantos anotados por partido por cualquier futbolista con la "roja". Pero no sólo tuvo oportunidad de ser parte de la alineación de la selección española sino que también integró la selección vasca. Esas participación en la "separatista" selección fue precisamente uno que muy particularmente provocó el enojo del Generalísimo dictador español Francisco Franco.

Isidro Lángara jugó además en varios equipos de fútbol incluyendo el Real Oviedo en España (entre 1930 y 1936), el Club Deportivo Euzkadi de México (entre 1938 y 1939); el Club Atlético San Lorenzo de Almagro de Argentina (entre 1939 y 1943); Real Club España de México (entre 1943 y 1946) y finalmente el Real Oviedo de España (entre 1946 y 1948).

Debutó internacionalmente (como seleccionado de su país) en 1932 y jugó su último partido como internacional en la selección española en 1936. Participó en la Mundial de Fútbol Italia 1934, donde jugó dos partidos y marcó 2 goles, que supusieron la eliminación de la Selección de Brasil y un gran dolor de cabeza para Benito Mussolini. En el segundo partido, ante Italia, cayó lesionado y no pudo jugar el tercer partido de España en aquel Mundial, de nuevo ante los italianos, que supuso la eliminación de España.Otro dictador que llegaba a odiarlo. Y en la lista también estaba el sanguinario Hitler.


Mundial de Italia 1934: los temores de Mussolini.
Lángara participó en el Mundial de Fútbol de Italia disputado en 1934. Jugó dos partidos como integrante de la selección de España (ese ha sido el primer mundial disputado por la selección española) y marcó 2 goles en total, que contribuyeron a la eliminación de la Selección de Brasil (España 3 - Brasil 1). En el segundo partido de aquel Mundial la selección española enfrentaba a Italia, evento en el cual Lángara fue lesionado y no pudo participar en la alineación que disputó el tercer partido de España en aquel Mundial, nuevamente ante los italianos, que supuso finalmente la eliminación de España. La nota saliente de aquellos días era la mirada que "Il Duce" Benito Mussolini, el fascista dictador italiano, había depositado sobre Lángara. Los dos goles de Lángara ante Brasil y en la previa al encuentro contra la local Italia fascista, hizo que Mussolini lo tuviera entre ceja y ceja y poco menos que perdiera el sueño. El líder de la Italia fascista, el conductor que no frenaba ante nada ni nadie, había sido inquietado por Lángara quien esgrimía un arma inpensada: la pelota.
  
España derrota a los alemanes: la furia de Hitler.
Alemania contra España, 1935: Munzemberg lo sufre a Lángara.


El 12 de mayo de 1935 se disputaba un encuentro entre las selecciones de fútbol de Alemania y España en la ciudad de Colonia (Alemania). Era el primer "choque" entre las selecciones nacionales de ambos países y el partido había generado muchísimo interés. De un lado, la selección de la Alemania nazi  llevaba una buena racha desde su destacado papel en el Mundial de Italia de 1934 donde, al ganarle a la selección deAustria, se quedó con el tercer puesto final del torneo. Por otro lado, los alemanes llevaban tres victorias consecutivas fuera del territorio de Alemania y estaba considerada como la segunda potencia futbolística europea en aquellos momentos, justo por detrás Italia. Contrariamente, España, venía desentonada tras un tibio empate la samena previa en Lisboa, Portugal.

Ochenta mil espectadores colmando el estadio. Muchos de los jugadores españoles jamás habían participado de un partido con semejante cantidad de asistentes en las tribunas. Las banderas con la cruz esvástica alrededor del campo de juego eran lo suficientemente intimidantes como para aflojarle las piernas a cualquier mortal sobre la Tierra que aprecie mínimamente la vida. Se interpretaron los himnos y los jugadores de España estuvieron firmes pero en posición normal. Los alemanes, por supuesto, brazo derecho en alto, extendido en saludo nazi. Era 1935 y en España gobernaba la República mientras que en Alemania nazi, Hitler hacía lo que le venía en ganas. Hubo un previo acuerdo muy curioso. Si se producía una lesión o algún inconveniente, el jugador que saliera del campo podía volver nuevamente, retirándose su reemplazante. Fue una novedad reglamentaria que finalmente no prosperó.
A los 11 minutos de juego el jugador alemán Conen tomó un centro y envió la pelota hacia la red. Alemania ganaba de local y España, lejos de amilanarse, iría por la suya.


Lángara contra Buchloh. Victoria española y furia de Hitler en Colonia.


A la hora exacta de iniciado el partido, Lángara empataba tras conectar un centro de su compañero Ventolrá. La selección española lanzaba un baldazo de agua helada sobre la afición alemana, los jugadores y el mismísimo Hitler. Siete minutos más tarde, Lángara volvía a rematar de forma brillante: otra vez Ventolrá remató de cabeza, el arquero alemán Buchloh rechazó corto y Lángara, jugándose el pellejo, la envió nuevamente a la red. Alemania 1, España 2.

Los jugadores españoles sabían que ese triunfo, de mantenerse, los colocaría otra vez más como uno de los mejores equipos de Europa. Alemania dio la sensación de desatar una "guerra relámpago" sobre el arco español. El aqruero Eizaguirre, en su mejor partido con la Selección, atajó todo y un Lángara endemoniado y autor dos goles hacía sonrrojar a sus germanos rivales. Finalmente, triunfo de España en la Colonia nazi, frente a una turba NacionalSocialista y haciendo enfurecer al mismísimo Führer. Luego, lo más complicado... salir vivos de ese estadio.


El futbolista combatiente: goles contra Franco.
Contra Franco: la selección Euskadi, 1937.


Lángara, además de ser un gran jugador de fútbol, era una persona muy comprometida con su gente y tenía fuertes y bien afirmadas convicciones e ideales. Cuando dio comienzo la fraticida y sangrienta Guerra Civil Española, Lángara se alistó, sin dudarlo, en el bando republicano. El Generalísimo Francisco Franco, el líder de la sonada militar contra la República jamás podría llegar a sospechar de la siguiente movida de aquel jugador de fútbol ahora devenido en combatiente.
En 1937, Lángara; se enroló en la Selección de Euskadi, un combinado regional creado por el Gobierno Vasco con el fin de recaudar fondos en Europa para los refugiados vascos y realizar una labor propagandística en favor del Gobierno Vasco y la República. Lángara coincidió en esta selección con muchos de los mejores futbolistas vascos de la época como Luis Regueiro, Guillermo Gorostiza o Txato Iraragorri. El Euzkadi realizó una brillante gira por países de Europa disputando varios partidos amistosos. Tras caer la ciudad de Bilbao en manos de los franquistas la Selección de Euzkadi se marchó (por razones más que obvias) a América para proseguir la gira, pasando por Cuba, México y Argentina entre otros países. El equipo recaló finalmente en México donde jugó la Liga Mayor de los años 1938-39, bajo la denominación de Club Deportivo Euzkadi, quedando finalmente en segundo lugar. En 1939 al finalizar la guerra con derrota republicana se disolvió la tan particular selección de Euzkadi y Lángara optó por seguir exiliado fuera de España. Su próximo equipo estaba en Argentina, donde su antiguo compañero de la selección vasca, Ángel Zubieta lo recomendó para jugar en San Lorenzo de Almagro. Pero esa es otra historia...
Franco nunca pudo olvidar aquel mal trago provocado por ese cóctel inesperado del cual uno de los principales ingredientes había sido precisamente Lángara.


 Oviedo vs. Real Madrid, 1946: Lángara buscando el gol.

La estampa de Lángara.


Pitazo final.
El resto de su vida deportiva, desde 1939 hasta 1948, transcurrió en el "exilio". Fue ídolo también fuera de los límites de su amada España, sobre todo en la Argentina, y cuando decidió regresar a su tierra natal para vivir el final de sus días, sus increíbles y legendarias historias pasaban casi desapercibidas entre sus modestos comentarios.
Esta leyenda del fútbol y de la lucha contra los grandes dictadores de otros tiempos falleció en Andoain, Guipúzcoa (España) el 21 de agosto de 1992.
Nunca se casó, tal vez porque su única compañera ideal, su mejor amante sólo pudo haber sido la pelota de fútbol. La misma pelota que fue su más mortífera y efectiva arma contra la intolerancia y el autoritarismo. Isidro Lángara, aquel jugador que cabeceaba como si estuviera rematando con la derecha, lo había logrado: le había propinado una tremenda goleada al horror.

Historias Lado B


Fuentes de consulta:
- Wikipedia / - Elpais.com / - Marca.com 

viernes, 4 de enero de 2013

Una muestra de la protección que Francisco Franco le daba a los nazis: la historia de Leon Degrelle

Leon Degrelle junto a Hitler (izq.) y en España luciendo "orgulloso" su uniforme nazi (der.)


En este post he decidido compartir un texto escrito magistralmente por José Manuel García Bautista como fruto de una exhaustiva investigación que publicó en "Secretos Nazis: los documentos desclasificados". Mucho se ha dicho y escrito sobre la protección de la que se han beneficiado tantísimos criminales de guerra, entre ellos muchos nazis por supuesto, a lo largo de los años y al amparo de "colaboradores inesperados" por muchos. También es mucho lo que se niega y con ésto, una vez más, no hay peor ciego que quien no quiere ver...Son innumerables las pruebas de la ayuda que los nazis recibieron para llegar "sanos y salvos" a Sudamérica (a pesar de la intentona negativa de tantos...), pero esos no han sido los únicos casos. Europa hizo lo suyo y regímenes simpatizantes con el nazismo, como el de Francisco Franco en España, han ido al frente en estas cuestiones y por varios motivos. A continuación transcribo un completo  informe realizado por el autor anteriormente nombrado sobre la historia del nazi León Degrelle, quien vivió lo más campante en la España franquista (y no sólo la franquista ya que murió pácidamente en Málaga el 31 de Marzo de 1994 a los 87 años de edad...) que sirve como una muy pequeña muestra de la descomunal ayuda, colaboración y protección que tuvieron los nazis (también) en España durante tanto tiempo.


La historia de León Degrelle no deja de ser paradójica y muy vinculada a  este Sevilla secreta nuestra. León Dregelle nació en Bélgica, en Bouillon el 15 de Junio de 1906, de él decía Hitler que: “si tuviera un hijo que gustaría que fuera como Degrelle”.  Al iniciarse el conflicto mundial en 1939 se alinea al lado del rey Leopoldo III, por su posición de neutralidad, pero cuando Alemania invade Bélgica el 10 de Mayo de 1940 y el partido Rexista es dividido por la resistencia a los nazis el idealista Degrelle es trasladado a Francia al campo de concentrarion de Vernet, no se sabe si por los horrores de la guerra o por iniciativa propia se produce una metamorfosis en León Dregelle y pronto comenzaría a publicar en el periódico colaboracionista “Le Pays Réel” . El 1 de Enero de 1941 une al movimiento rexista con el nacionalsocialismo y el fascismo, días después confiesa su admiración por la figura de Adolf Hitler: ”el hombre más grande de nuestra época” (León Degrelle). Funda la denominada Legión Valonia, que fue una suerte de División Azul a lo belga, para combatir junto a los nazis en la Unión Soviética, mil belgas que no corrieron demasiada suerte... Los supervivientes fueron integrados dentro de las Waffen-SS y Degrelle pasó de cabo en un inicio a teniente en Mayo de 1942 atendiendo a sus méritos en el combate y ser distinguido con la Cruz de Hierro, la más alta condecoración alemana concedida. Su unidad se convirtió en Brigada y él ascendido al grado de mayor y ser sucesivamente condecorado por su valor en el frente. La Legión Valonia fue transformada en la 28º División de Infantería de las Waffen-SS. En 1944 Degrelle fue condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro y en Agosto del mismo año la Cruz de Caballero con Hojas de Roble, una distinción concedida sólo a 883 militares en toda la guerra.
La carrera militar de León Degrelle parecía meteórica y en Octubre de ese mismo año sería condecorado con la Cruz Alemana de Oro.

Leon Degrelle junto a Joachim Von Ribbentrop, Ministro de Asuntos Exteriores de la Alemania nazi (izq.) 
y en diferentes actos nazis (der.)


En 1945 las fuerzas de este belga nazi lucharían en la Batalla de las Ardenas y el 2 de Mayo de ese mismo año un depuesto Himmler nombra a León Degrelle general de las SS. Las rendiciones y derrotas del ejército alemán obligan a huir a Degrelle primero a Copenhague (Dinamarca) y posteriormente a Oslo (Noruega). Así pues el belga decide tomar un Heinkel cedido por Albert Speer (Ministro de Armamento y de Guerra de Hitler) que lo lleve a un país neutral amparado por un régimen fascista del que recibiera protección, ese país era España. Y así vuela hacia España con el objetivo de encontrar asilo al cobijo de Franco, la fortuna no se alía en esta ocasión con Degrelle, ¿o si?, y su avión se estrella en la bahía de San Sebastián... Cuando los aliados tienen noticias, por sus redes de espías, que el general nazi está en España solicita su repatriación para ser juzgado junto con Pierre Laval (colaborador en la Gestapo en Francia bajo el gobierno de Vichy y jefe de la “Milice” francesa). La presión internacional sobre el gobierno de España era asfixiante, en un primer momento con la entrega de Laval se suaviza la tensión diplomática del momento,  sin embargo Franco se escuda en la ley de amparo con Degrelle y las heridas sufridas en el accidente aéreo para no entregarlo. No obstante y “in absentia” es juzgado declarándosele culpable de los cargos de colaboracionismo con los nazis y traición. La condena era a muerte.

El "accidente" del Heinkel de Leon Degrelle en la Bahía de San Sebastián (España, 1945).


Quizás por amistad o por una deuda con Hitler el gobierno español no parecía dispuesto a entregar al fugitivo, fueron años de disputas entre los cuerpos diplomáticos de España y de aquellos que reclamaban su repatriación cuando finalmente se le concede  la nacionalidad española y el pasaporte español con el nombre de José León Ramírez Reina, constructor, y para Falange Española uno de sus valedores así como uno de los más activos empresarios al servicio del gobierno. Todos esos años estuvo viviendo como un ciudadano español más bajo la protección de José Finat y Escrivá de Romaní, embajador de España en Alemania entre 1940 y 1942 así como Director General de Seguridad del gobierno español. Con tal aval... ¿cómo no iba vivir tranquilo León Degrelle en España?

¿Y donde podía vivir apaciblemente León Degrelle en España donde pasar inadvertido?
Pues en Sevilla, en su Sierra Norte, en una pequeña localidad llamada Constantina distante de la capital hispalense unos 86 kilómetros. Allí Degrelle era conocido como “Don Juan de La Carlina”, vivía bajo el nombre de Juan Sanchis siendo “propietario” de la “La Carlina” Manuel Amaya Ávila. Aquí el fundador del partido Rexista belga construye el denominado “Castillo Blanco” en su finca “La Carlina”, una maravilla arquitectónica donde gustaba pasar horas leyendo y escribiendo sus manifiestos. Persona de pocos amigos, y esos pocos afines ideológicamente, ocultaba perfectamente su identidad  aunque no su ideología a la vez que su figura siempre estuvo acompañada de leyendas sobre sus negocios o el destino de una parte de los tesoros alemanes productodel saqueo...

Leon Degrelle y su impresionante "Castillo Blanco" en Constantina, España.


Celebraba suntuosas fiestas en su palacete, Francisco García recuerda de aquella época:
“Eran grandes fiestas, y el palacio eran precioso, costeado y mucho... Decían que tenía incluso algunas salidas de escape en forma de pasadizos cuya idea le venía de la relación que tuvo don Juan con Himmler quién poseía un castillo en Alemania (se refiere al castillo de Welwelsburg, en Westfalia, santuario del nazismo) también con pasadizos de escape. Eran años donde era complicado vestir de esmoquin y sin embargo allí todo el mundo estaba de rigurosa etiqueta. Nosotros asistíamos con mi tío y padrino, Rafael Hazañas, hijo de Joaquín Hazañas y de la Rúa (Catedrático de Filosofía e Historia de la Universidad de Sevilla), además la familia poseía una finca cerca de “La Carlina”, se llamaba “Los Guaperales” en la linde de Guadalimar  donde está la Cruz. Aquella fue una época dura que desde luego en don Juan no se notaba, le gustaba rodearse de pocos pero de buenos amigos. Entre ellos mi padrino Rafael y el odontólogo del pueblo, don Servando Balaguer”.
Salvadora Bautista (nótese los apellidos de estos dos testimonios con los de uno de los autores de este libro) era una joven que por aquel entonces (años '50) trabajaba al servicio del prestigioso odontólogo local: “don Servando era muy agradable y nos quería mucho, recuerdo que en las fiestas que organizaba don Juan me decía: “Salvita tómate una copita de vino”. Era muy cariñoso. Don Juan era un hombre serio que difícilmente esbozaba una sonrisa pero que sin embargo estaba siempre rodeado de jefes de la Falange con sus uniformes y otras personalidades del régimen, era difícil verlo pero lucía en las grandes ocasiones una condecoración alemana que despertaba la admiración de todos (se trataba de la Cruz de Hierro). Las fiestas eran impresionantes y no le gustaba que faltara de nada y tampoco trataba al servicio de don Servando como a un servicio normal, nos trataba quizás con más afabilidad. Uno de los momentos más álgidos de aquella relación entre don Juan (Degrelle) y don Servando fue el motivo de casamiento de Ana en la década de los '60 si no recuerdo mal, la hija de don Juan y el hijo de don Servando, Juan Servando Balaguer Parreño, con lo que ambas familias quedaban emparentadas. Se casaron en la iglesia de La Concepción y el convite se celebró en “La Carlina”, luego el matrimonio se fue a vivir a Madrid, luego también casó a Godlieve, su otra hija”. En aquella primera boda las banderas con la esvástica ondearon al viento sevillano...
León Degrelle también vivió malos momentos en tierras sevillanas al vivir la muerte de su hijo en un accidente de motocicleta siendo enterrado en el panteón familia de Constantina. En la comarca de la Sierra Norte estableció amistad con una familia belga afincada en Lora del Río (Sevilla) que poseían una finca llamada “Molino Azul”. Además de escribir Degrelle dedicó un tiempo a la arqueología investigando los yacimientos calcolíticos de la Cueva de la Sima, estableciendo el periodo de ocupación prehistórico en la Sierra Morena hacía más de 45.000 años. Algunos lo tachan de expoliador y otros de estudioso, lo cierto es que bajo su supervisión se descubrieron ajuares funerarios , útiles y huesos humanos. Para unos dio cultura al pueblo y a la comarca y para otros no dejaba de ser un nazi huido de la justicia amparado por el régimen que gobernaba la España de la época.

Fotos de Leon Degrelle durante su plácida y protegida vida en España. Carta que le envió y dedicó a Hitler.


Degrelle se encontraba seguro y llega a escribir: “... Cuando ellos creían que estaban a punto de ganar la partida, cuando ya las líneas telefónicas de mi propiedad de Constantina la habían cortado los comunistas y todos los perros de la vecindad habían sido envenenados para que no hubiera señal de alerta, cuando mis raptores llegaron a la fase final, ¡catapún!, la policía española se les echó en lo alto. Una última tentativa de secuestro fue perpetrado por barbouzes del general De Gaulle. Los secuestradores del general no tuvieron más suerte que sus predecesores belgas o israelíes... Fueron detenidos por la policía española junto a la misma valla de mi propiedad”.



Extraído de: "Secretos Nazis: los documentos desclasificados"
Copyright: José Manuel García Bautista
(Sobre textos propios y textos de investigaciones propias)
Copyright: "Ediciones Digitales" 2010.
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley , que establece penas de prisión y /o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjurios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuy eren, o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la perceptiva autorización.

lunes, 23 de julio de 2012

Francisco Franco: ese Generalísimo ventrílocuo

En un "homenaje" a la libertad de expresión, en un claro mensaje de hermandad espontánea y sincera, alguna vez el "Generalísimo" Francisco Franco ha hecho gala de sus cualidades artísticas (¿era ventrílocuo?) junto a su esposa y su pequeña (por entonces) hija, María del Carmen Franco y Polo. Franco, muy suelto de cuerpo le dice a su hija: "Oye nena, ¿quieres decirle algo a los niños del mundo?" y la niña, ingenuamente, pobre inocente de todo, pregunta a su padre en la película creada por el aparato propagandístico: "Bueno, pero ¿qué les digo?"... La respuesta y la actitud del dictador, simplemente imperdibles... Mirá el video. Viva la libertad.


domingo, 15 de julio de 2012

La gasolina en polvo de Francisco Franco

UN DIA A FRANCISCO FRANCO, EL CAUDILLO Y DICTADOR ESPAÑOL, LE PRESENTARON UNA IDEA QUE LE HIZO CREER QUE ESPAÑA SE CONVERTIRIA EN EL PAIS MAS PODEROSO DEL PLANETA...


La historia oficial cuenta que España no entró a la segunda guerra mundial por sus propias convicciones acerca de la neutralidad que debía mantener, pero, como tantas otras veces ha sucedido, el lado B muestra otra realidad. España no participó en la contienda bélica no por Francisco Franco, sino "a pesar" de Franco... Es que el "Generalísimo" tirano español se desvivía por ingresar al conflicto y combatir junto a Adolf Hitler como socio importante en la región, pero la dramática y caótica situación económica en la que se vio sumida España toda tras la finalización de la Guerra Civil en 1939, hacía imposible que el país se embarque en una aventura semejante. La locura de Franco, su fantástica capacidad para "no ver lo obvio" y el aventurismo suicida y criminal de la Falange, sin embargo luchaban por imponer la idea de que a pesar de todo, España se embarcara en la locura total nuevamente. Sólo por eso España no acompañó a la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial y vaya uno a saber lo que el mundo hubiese tenido con esa "mala yunta"... También estuvieron los desmesurados pedidos territoriales que Franco le hizo a Hitler en Hendaya, por lo cual el Führer, se pegó media vuelta y se fue.

Cuando llegó 1939, no fueron pocos los que le propusieron secretamente a Franco que se retire, que se vaya a una casa en Suiza y que comience a disfrutar de un exilio que más de uno anhelaba. Pero no, Franco hizo precisamente lo contrario y se endureció aún más ante los adversarios a los que él (y no sólo él) consideraba en realidad como enemigos. Así las cosas, hubo algo en lo que no pudo meter su mano dura: la endeble economía de España y la misera por doquier. Su famoso programa económico, la autarquía, no sólo que no funcionó sino que sumió aún más en el desastre a toda la nación y la promesa (falsa) de Franco de hacer de España el país más poderoso de Europa y del mundo quedó rápidamente hecha trizas.
A Franco se lo ha acusado de muchas cosas, incluso llegándose a hablar con insistencia sobre su marcada incapacidad e ineptitud para tantas cosas (lo que no era cierto). Dentro de esa incapacidad muchos han incluído a una alta dosis de (llamémosla así) "ingenuidad" a la hora de creer y apostar por propuestas realmente increíbles. Con eso en mente es que un día se presentó ante "El Caudillo" un tal Albert Elder von Filek con una idea que transformaría, según él, a la España sangrienta y franquista en ese país todo poderoso del que vilmente había hablado Franco tantas veces.

Albert Elder von Filek sabía que Franco era fácil de "engatusar", que era propenso a ser engañado con absoluta facilidad y en eso, este austríaco mentiroso... era bastante bueno, por no decir el mejor. La idea de von Filek era genial: gasolina en polvo. España se encontraba sumergida, empantanada en un proceso de racionalización en todo lo imaginable, de modo que poder contar con una fórmula secreta que le permitiera con unos pocos ingredientes hacer gasolina a piaccere, sonaba realmente tentador para Franco.
El dictador ya había hablado en 1939 acerca del descubrimiento de enormes yacimientos (de petróleo y oro) en Esapaña, con los que sacaría al país de la miseria, pero (claro) esos yacimientos nunca nadie los vio... Por eso mismo cuando se presentó ante él ese austríaco timador, el alma le volvió al cuerpo.

Según Albert Elder von Filek, España sería capaz de producir gracias a ese sistema tan novedoso de "gasolina en polvo" ni más ni menos que 3 millones de litros de carburante por día y con eso... un mundo maravilloso se presentaría ante los españoles todos (los que quedaran vivos tras la dictadura de Franco, claro...). Albert Elder von Filek no mentía en todo. El asutríaco sabía que efectivamente la gasolina en polvo era posible, lo que no podía era producirla él... Franco llegó a depositar suculentas cifras de dinero en la cuenta del austríaco y como la cosa no llegó a concretarse... se vio "obligado" a ponerlo a "la sombra" de una prisión, al tiempo que nunca nadie más volvió a escuchar de la famosa gasolina en polvo y su mentiroso productor...

domingo, 4 de marzo de 2012

Francisco Franco y su particular devoción por la mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús

Francisco Franco y la reliquia de la mano de Santa Tersa de Jesús.

Santa Teresa de Jesús no ha sabido lo que es descansar en paz tras su muerte el 4 de octubre de 1582. Sus restos fueron exhumados en 1585 y, según los relatos y las leyendas, su cuerpo estaba incorrupto mientras que su vestimenta se encontraba totalmente consumida. En esa oportunidad, de manera casi inexplicable, el carmelita Gracián de Dios mandó separar la mano izquierda del cuerpo de la santa, llevándosela consigo y entregándola luego a las Carmelitas Descalzas de San José de Ávila en primera instancia y luego a las Carmelitas de San Alberto de Lisboa. Un tiempo después, en otro hecho difícil de entender y explicar, fue el mismo Gracián de Dios quien decidió amputar el dedo meñique de la mano de la santa para conservarlo entre algunas reliquias de su "propiedad" a partir del año 1599. La mano de Santa Teresa de Jesús permaneció en Portugal hasta el año 1920, momento en el que las monjas que la protegían la llevaron de regreso a España tras la revolución que en 1910 depuso a la monarquía en Portugal.

Todo parecía indicar que la reliquia de la santa encontraría descanso final y definitivo en el recién inaugurado convento de las Carmelitas Descalzas en Ronda, pero con el paso de los años y la explosión de la Guerra Civil española, el descanso de Santa Teresa nuevamente se vio interrumpido y esta vez de un modo tan inexplicable como en otros casos y con un tinte, hasta si se quiere, macabro.
Los republicanos revisaron el convento hasta dar con una maleta en la que estaba la mano olvidada por el general (también republicano) Villalba Riquelme. Cuando en 1937, el bando "sublevado" se hicieron con el control de Málaga, encontraron esa maleta y se la llevaron a la ciudad de Burgos. Una vez allí, Francisco Franco, el dictador español que manejó al país entre 1936 y 1975, no dudó ni un solo instante en apropiarse de la mano incorrupta de su santa preferida. No hubo manera de detener ese atraco. Ni siquiera el dolor de las Carmelitas del convento pudo lograr un instante de racionalidad de parte del duro caudillo español, cosa que fue reafirmada con una lapidaria frase del padre Rendón justificando lo injustificable: "La mano no se pierde" -les dijo a las religiosas- "Se va con el caudillo para guiarle en la conducción de la patria".
No contento con lo suyo, Franco pretendía convertir en su involuntaria "cómplice" a la (según él) "Santa más española"...

Lejos de conformarse, las religiosas pidieron insistentemente la devolución de la reliquia, cosa que mereció una respuesta por escrito de parte de Franco (firmada en realidad por su secretaria personal) en la que además usaba el sarcasmo y hasta inclusive pretendía hacer gala de un humor de más que dudoso gusto (por no decir, pésimo gusto) al final del primer párrafo. A continuación, un detalle de la carta enviada:

Carta de Francisco Franco explicando los motivos dela usurpación de la reliquia de la mano de Santa Tersa de Jesús.

Así como los nazis alemanes atribuían a cierto objetos sagrados poderes sobrenaturales sobre el resto de los mortales o, según ellos mismos, los infrahumanos, Franco también le daba una particular importancia a la mano de Santa Teresa de Jesús, insistiendo tercamente en conservarla para sí mismo e incluso llevarla (según se dice en una valija) cada vez que se desplazaba, sea por temas oficiales, de estado o en sus períodos de descanso.
La obsesión de Franco por la reliquia religiosa llegó a límites insospechados y la muestra más clara de eso es el hecho de que el caudillo hizo un reclinatorio con la mano de la santa en su propio dormitorio en el Palacio de El Pardo (Ver fotografías de ABC, del año 2005, aquí abajo).

Dormitorio de Francisco Franco y el reclinatorio.

Cuando en 1975 Franco enfermó gravemente, nadie logró hacerle entender la necesidad de su traslado a un centro asistencial totalmente equipado para tratarlo. El caudillo de mano férrea e inflexible, también en los momentos previos a su muerte, decidió que su habitación sería el lugar de tratamiento, seguramente confiando en la mano salvadora de la santa para lograr su recuperación. La muerte llegó inexorable y no hubo mano que lo salve.
Una vez el caudillo ya fallecido, la mano fue devuelta al convento de la Merced de la ciudad de Ronda, en Málaga, pero el descanso de Santa Teresa de Jesús sigue como asignatura pendiente. Su maltratado cuerpo incorrupto está descuartizado de la siguiente manera: su ojo izquierdo en Málaga; el pie derecho y parte de la mandíbula en Roma; la mano izquierda en Lisboa y finalmente el brazo izquierdo y el corazón en la Iglesia de la Anunciación del Alba de Tormes. Un cuerpo maltratado, violado y dividido. Algo similar a lo que la Guerra Civil con toda su carga de irracionalidad y fuerza bruta hizo con la querida España.

Nota: un interesante comentario de mi querido amigo Antonio; hizo que me interesara particularmente por recavar más datos sobre este particular episodio de la historia. Abrazo Antonio.