miércoles, 29 de mayo de 2013

Jakov Djugashvilii: el hijo de Stalin capturado por los nazis

 Jakov Djugashvilii detenido por los nazis.


El 16 de julio de 1941, cerca de Vitesbsk (Rusia), se libró la durísima batalla de Smolenko. Allí las tropas nazis capturaron, entre otros, a un joven militar soviético de 34 años quien al ser interrogado tras su detención dijo que su nombre era Jakov Djugashvilii.
El joven Jakov era un ingeniero civil que durante la segunda guerra mundial cumplía funciones de Teniente de Artillería al comando de una batería del 14° Regimiento de Obuses, 14° División de Tanques.
De las tantas versiones que se han contado sobre aquella jornada bélica, la que más hondo ha calado y que más verosimilitud tiene es aquella que dice que los alemanes estaban aún muy golpeados (y no era para menos) tras el desastre en Stalingrado, buscando por todos los medios lograr la recuperación del Mariscal de Campo Friedrich von Paulus (prisionero de los rusos), cosa que pensaban podrían llegar a lograr a través de la intermediación de la Cruz Roja Internacional. La idea era intercambiar al "desconocido" prisionero ruso Jakov Djugashvilii mano a mano por Friedrich von Paulus.
Cuando la propuesta llegó a oídos del brutal y sanguinario Iósif Stalin, líder de la Unión Soviética, éste no pudo menos que rechazar totalmente aquella alocada e inconducente propuesta que los nazis habían osado realizar. A Stalin no le gustaba nada la idea de negociar, sea lo que sea, con los nazis y mucho menos le gustó la propuesta tras escuchar el nombre del prisionero ruso que los nazis pretendían devolver.
Las vueltas de la vida, el destino o vaya uno a saber qué cosa, hicieron que el nombre de Jakov Djugashvilii llegara hasta Stalin, provocándole al tirano ruso un escozor que difícilmente haya experimentado alguna otra vez. Jakov Djugashvilii era, ni más ni menos que, su hijo.

Stalin no se ha caracterizado jamás por su compasión o sus buenos sentimientos, por lo cual si alguien albergaba esperanzas de que finalmente aceptara intercambiar a Friedrich von Paulus por su hijo estaba más que equivocado. Quienes han estado cerca del dictador ruso aseguraron por entonces que Stalin dijo  "Yo no tengo ningún hijo llamado Yakov" a lo que luego agregó que "la Unión Soviética no intercambia Mariscales de campo por soldados rasos..."

Iósif Stalin (cuyo verdadero nombre era Iósif Vissariónovich Djugashvilii) siempre estuvo enfrentado con su hijo, de quien además con el paso del tiempo se fue distanciando paulatinamente. Su costumbre era por lo general detener a los familiares de los soldados capturados por el enemigo o que se rendían en combate, por lo cual su primera reacción tras enterarse de la captura de Jakov fue ordenar la detención de la esposa del soldado capturado por los rusos. Ni con su sangre hizo la más mínima excepción... Stalin detestaba desde hacía mucho tiempo a Jakov, e incluso llegó (como en este caso) a negarlo en reiteradas oportunidades. Cuenta la historia que muchos años antes y por un desengaño amoroso Jakov intentó suicidarse sin éxito, tras lo cual fue el propio Stalin quien le dijo a un allegado: "Ni siquiera sabe hacer eso". Stalin estaba convencido de la cobradía de su hijo y fue eso lo que lo llevó a pensar que Jakov en realidad se había rendido ante los nazis sin luchar. No iba a remover cielo y tierra por ese perdedor de Jakov, mucho menos teniendo en mente a los millones de valientes soldados rusos que daban la vida disparando contra los nazis. Jakov, según Stalin, no lo merecía. Para rematar la faena Stalin dijo (creyendo que Jukov sería ejecutado de inmediato por los nazis): “Una única muerte es una tragedia, un millón de muertes es una estadística”.


 Jakov Djugashvilii detenido por los nazis y declarando antes sus captores.


Jakov Djugashvilii fue enviado por los nazis al Campo de Concentración de Sachsenhausen y allí permaneció penando por espacio de dos años. Fue recién en 1943 que las autoridades nazis del campo recibieron (no con poca sorpresa) un dato estremecedor: Jakov Djugashvilii era el hijo del tirano ruso, su peor enemigo, el atroz Iósif Stalin. El "chisme" les había llegado de boca de uno de los compañeros de barraca de Jakov...
Los nazis creyeron que su gran oportunidad había llegado y le propusieron a Jakov la oportunidad de poder "pasarla mejor" en el campo a cambio de información de primera mano sobre el dictador Stalin. Jakov Djugashvilii se mantuvo imperturbable y no varió en nada su postura, negándose a colaborar con el enemigo y guardándose para sí mismo todo lo que pudiera contarles sobre su renegado padre.
La vida llegó a su fin para Jakov Djugashvilii el 15 de abril de 1943 en el Campo de Concentración de Sachsenhausen. Inicialmente se hizo correr la voz de que se había suicidado, pero las fuentes más confiables aseguran que en un vano intento de escape las balas nazis dieron en su espalda y su cuerpo quedó entremezclado con el alambre de púa de su prisión. La foto del cuerpo inerte ha sido conmovedora para miles de personas a través de los años, que han considerado esa imagen como un ícono del intento de librarse de las garras de la opresión y la barbarie, la de los nazis y la de Stalin. Muchos se han conmovido, menos su padre...


 Jakov Djugashvilii murto en el Campo de Concentración de Sachsenhausen.



martes, 28 de mayo de 2013

John F. Kennedy y su admiración por Adolf Hitler

John F. Kennedy, admirador de Adolf Hitler.


Dicen por allí que la vida te da sorpresas y en ésto, muchos de los grandes líderes de la historia de la humanidad, son verdaderos expertos. John Fitzgeral Kennedy, quien fuera presidente de los Estados Unidos de América y cayera ante las balas de quienes supuestamente se habían sentido tocados por su aparentemente firme oposición a las sociedades secretas y los grandes negociados desde la Casa Blanca, no ha sido la excepción.
Como casi siempre sule suceder, la imagen impoluta, inmaculada, progresista, respetuosa de las libertades y los derechos de la que han gozado muchos personajes históricos y que se nos "cuenta" desde la historia oficial también tiene...su Historia Lado B.

El gran demócrata norteamericano, ese mismo Kennedy que supo captar adeptos y admiradores incluso fuera de las fronteras norteamericanas, creyentes de sus ideales libertarios y de su clara postura en favor de los derechos universales, había realizado un largo viaje por Europa muchos años antes de pasar a la historia y ser una auténtica celebridad mundial. Entre 1937 y 1945, un veinteañero John Fitzgeral Kennedy recorrió de lado a lado el maltrecho continente europeo y pudo experimentar de primera mano cómo era la Europa en los días previos a la segunda guerra mundial y también aquellos en los que se tuvo que sufrir los golpes de la más cruenta contienda bélica vivida hasta ahora.

Kennedy dejó todo registrado en su diario personal y también plasmó sus pensamientos en un sinfín de cartas enviadas desde Europa, material que ha recuperado el escritor Oliver Lubrich en su libro (pronto a editarse en el momento de redactarse este post) "John Kennedy entre los alemanes. Diarios y cartas 1937-45". De todo el material recopilado de los archivos personales de Kennedy hay muchas cosas que llaman la atención pero ninguna como ciertas constancias sobre su profunda admiración hacia el nazismo imperante y hacia el nefasto Adolf Hitler. No faltan también las ponderaciones hacia Mussolini y el fascismo italiano, por supuesto. Sorprende ¿Sorprende?

Decía Kennedy en su diario personal en la página correspondiente al 3 de agosto de 1937: “Dormí mucho y con un Tour de American-Express llegué a Milán. Bella catedral, una de las más grandes del mundo. Leo a Gunther y llegué a la conclusión de que el fascismo es la cosa más justa para Alemania e Italia, el comunismo para Rusia y la democracia para los Estados Unidos de América”.
Y luego agregaba: “No existe duda de que estos dictadores en sus países, gracias a sus eficaces propagandas, son más amados que afuera” sin dudar un instante declarándose en esas mismas páginas como un "gran fanático de Hitler", según sus propias palabras.

Diarios privados de John F. Kennedy.


Si bien podría llegar a creerse (muy vagamente) que Kennedy "desconocía" algunas cosas que se daban en aquella sanguinaria Europa amenazada (y algo más) por los nazis (de hecho su padre había tenido muy buena relación con los jerarcas nazis del momento...), eso no puede decirse ya en las postrimerías de la segunda guerra mundial. Decía Kennedy en su diario llegando a mediados del año 1945:
“Todo está destruido. No existe un edificio que no esté incendiado. En algunas calles el olor de los cadáveres es terrible”. “La ilimitada ambición por su país lo volvió una amenaza el mundo. Sin embargo, tuvo algo misterioso en su modo de vivir y en su modo de morir, que lo sobrevivirá y crecerá. Tenía la pasta de la que están hechas las leyendas”.

Vamos de nuevo con sus palabras finales sobre Hitler: "Tenía la pasta de la que están hechas las leyendas”...

domingo, 19 de mayo de 2013

Desaparecidos en Argentina: ¿Las políticas de Derechos Humanos actuales favorecen la impunidad?


Cuando el 17 de mayo de 2013 el dictador argentino Jorge Rafael Videla era encontrado sin vida en el baño de su celda en el Penal de Marcos Paz, se cerraba un tristísimo capítulo de la reciente historia argentina del modo menos deseado. Videla se llevó muchos de sus nefastos secretos a la tumba y eso es algo que no sólo debemos lamentar, sino que es algo sobre lo que deberíamos pensar y debatir.
Asesinos, delincuentes y sediciosos de la calaña de Videla debieron, deben y deberán ser juzgados, de eso no quedan dudas. Pero lo que sí deberíamos preguntarnos es ¿qué clase de justicia esperamos para casos tan dolorosos y lamentables como el de los desaparecidos? Si el juicio y el castigo son justos y necesarios, también es justo y necesario poder encontrar a esas miles y miles de personas desaparecidas y en eso, la justicia argentina y los sucesivos gobiernos que han basado parte importante de sus "políticas" sobre los derechos humanos (sobre todo desde 2003 a la fecha) están en deuda.

¿Será que se busca realmente terminar con el tema de los desaparecidos, moviéndose en serio, actuando efectivamente para dar con los archivos, listas y datos que conduzcan a saber algo más sobre el paradero de quienes nada se sabe todavía? o... ¿será que simplemente se busca castigar (merecidamente) a los genocidas, responsables de semejantes atrocidades y nada más?

La muerte de Videla nos debe hacer pensar en todo ésto.
Desde 2003 a esta parte se ha tenido mucho tiempo para lograr encontrar archivos que ayuden a resolver parte de este tema. Registros ocultos en destacamentos militares, policiales, de la Iglesia y hasta en alguna sede de partido político deben existir y 10 años parece ser tiempo suficiente para dar con ese material. Sin embargo día tras día vemos como tristemente la "justicia" argentina hace dudosa gala de "poca muñeca" a la hora de conseguir buenos resultados. Es cierto que hay que juzgar a los criminales (en este caso Videla y la lacra de cómplices cobardes), pero también es cierto que hay que ser lo suficientemente hábil, creativo e inteligente como para lograr obtener información concreta y útil de parte de ellos y eso es algo que no se ha sabido (¿o no se ha querido?) hacer...

No hablo de "regalarle" nada a nadie, mucho menos a asesinos, criminales y golpistas. Pero sí hablo de propiciar una búsqueda de la justicia que no sólo haga foco en el castigo reiterado y sistemático a los culpables sino que además sea capaz de sentarse a buscar otros caminos, que (dicho sea de paso) tiendan a lograr obtener información concreta.
Para decirlo más claramente: en los juicios existen las figuras de los arrepentidos y también la posibilidad de conmutar años de penas a cambio de información. Ninguna de estas opciones se ha tenido nunca en cuenta durante los juicios a los responsables del secuestro, la tortura y la desaparcición de personas en nuestro país. Resumiendo: si nos topamos con un genocida que no sólo que no se arrepiente de lo actuado, sino que además lo reafirma y asegura que lo volvería a ser (Videla y tantos otros) y si a eso le sumamos que en los juicios tan sólo se busca el castigo (merecido y necesario), la resultante será la que hemos obtenido el 17 de mayo de 2013: un criminal que se lleva valiosa información a la tumba...

Pienso lo siguiente: ¿Qué tanto puede afectar a un criminal como Videla con 87 años de edad a cuestas, una colección completa de condenas (de la justicia y sociales) y una tonelada de impresentables convicciones asesinas, que le den 50 años de cárcel en la causa por el  robo de bebés durante el Proceso de Reorganización Nacional? En nada, absolutamente en nada. Jugado por jugado, Videla optó por cerrar filas con sus camaradas, apostar a una verdadera "Omertá" militar y cagar (una vez más a la sociedad toda) llevándose información más que valiosa y necesaria a la tumba.
¿No hubiese sido mucho más "inteligente" de parte del Estado Nacional como querellante en estas lamentables causas, haber apostado a buscar otros caminos alternativos que se sumen al del juzgamiento merecido? Insisto: conmutación de años de cárcel por datos concretos sin que eso implique regalarle nada a nadie o perdonar sin encarcelar. Utilizar la figura del arrepentido a cambio de información. Y tantas otras variantes que nunca se han considerado.

Ahora ya es tarde.
Ahora Videla está inerte, frío, muerto, bien muerto. Muy pronto recibirá sepultura y sus familiares podrán llevarle flores para rendirle tributo y recordarlo allí, sabiendo donde está. Una posibilidad que el asesino Videla le ha privado a miles y miles de personas que aún no saben en dónde están sus seres queridos. Pero no ha sido Videla el único responsable: quienes no han sabido obtener información en lugar de tan sólo dedicarse a castigar y castigar, en parte, también lo son...


Historias Lado B
19 de Mayo de 2013


viernes, 17 de mayo de 2013

Jorge Rafael Videla: Ha muerto un dictador y un asesino

Jorge Rafael Videla, dictador argentino, asesino, falleció el 17 de Mayo de 2013. Sólo Dios podría perdonar a un ser semejante... A no olvidar: nunca más.


miércoles, 15 de mayo de 2013

Adolf Eichmann en Israel: la banalidad del mal y un final como cualquier otro...

 
Adolf Eichmann en Israel. (Foto: Revista "Life")


Para Adolf Eichmann, Obersturmbannführer de las sanguinarias y efectivas SS Nazis, los judíos eran simplemente una estadística. Este Teniente Coronel alemán tenía la (dudosa) cualidad de ser uno de los más efectivos a la hora de "cumplir" con esas estadísticas que se le pedían desde la plana mayor alemana durante los oscuros días de la Segunda Guerra Mundial. Eichmann "hacía bien los deberes", pero no sólo eso, sino que además fue uno de los arquitectos generadores del perfecto funcionamiento de la terrible maquinaria que hizo posible el Holocausto. Eichmann, mal que le haya pesado en algún momento decisivo y final de su lamentable vida, no sólo ha sido un eficaz ejecutor de las nefastas políticas de deportación y exterminio de millones de personas, sino que además disfrutó siendo uno de los más directos responsables por su concepción. Aportaba ideas, planificaba, proponía salvajada tras salvajada más allá de lo que le pedían. En eso fue uno de los "mejores".

Con la Guerra Mundial llegando a su fin (¿llegó?) los "inocentes" norteamericanos no advirtieron que Eichmann era en realidad uno de los criminales de guerra más peligrosos, un asesino serial que pretendió adquirir inmundos visos de legalidad, resguardándose en la insostenible y obscena "obediencia debida". Llegado el año 1946 escapó de la "custodia" (entre comillas...) del ejército de Estados Unidos y como quien no quiere la cosa, tras ocultarse (no sin protección aliada) en diferentes partes de Alemania, obtuvo un salvoconducto que le permitió escapar hacia Argentina, cosa que sucedió recién en 1950. Llegó desde Génova, Italia, con pasaporte provisto por la Cruz Roja Internacional (¿fue creada por un suizo, no?...) y así las cosas logró establecerse en Buenos Aires y ocuparse de varias cosas bajo el falso nombre de Ricardo Klement.
El 1° de mayo de 1960, tras largos años de incógnito y protección en Argentina, un comando israelí del Mossad comenzaba (por un lado) a violar la soberanía jurídica de Argentina y las normas internacionales y, de paso (por otro lado) comenzaba a cumplir con un acto de estricta justicia para muchos. Los "Nokmin" (Vengadores) israelíes comandados por Rafael Eitan finalmente lograron el cometido de capturar a uno de los nazis más buscados el 11 de mayo de 1960 en la localidad de San Fernando, Buenos Aires (Argentina). Lo demás es historia y tras un juicio con "veredicto cantado" Adolf Eichmann fue ahorcado en la prisión de Ramla, Jerusalen (Israel) durante la madrugada del 31 de mayo de 1962.

La historia lado B, que siempre la hay, nos muestra gracias a las sensacionales e impactantes fotografías de la Revista "Life" que todo el poder, toda la arrogancia, la altanería, la mentira, el crimer sistematizado y organizado, todo el salvajismo, la insensibilidad y las ansias de dominación eterna y total de otros tiempos, duraron lo que un suspiro dentro de una canasta... : la nada misma. Eichmann antes de sentir la soga al cuello, tuvo sin embargo tiempo para vomitarle al mundo unas cuantas palabras más. Dijo en aquella oprtunidad: "Larga vida a Alemania. Larga vida a Austria. Larga vida a Argentina. Estos son los países con los que más me identifico y nunca los voy a olvidar. Tuve que obedecer las reglas de la guerra y las de mi bandera. Estoy listo."

Pero claro, antes había tenido que bajar la cabeza y calladito la boca, sumiso, fue un prisionero más. Lo mismo que le había exigido alguna vez a millones de víctimas. Eichmann, en esa cárcel, era casi una "estadística" más. Un de aquellas "estadísticas" que él, tan solícitamente, gustaba recopilar y engrosar...
Todo llega...

 Adolf Eichmann en la prisión de Ramla (Jerusalen). (Fotos: Revista "Life")



jueves, 9 de mayo de 2013

Perón y la recuperación de las Islas Malvinas: el acuerdo secreto con Gran Bretaña

Juan Domingo Perón. 1974.


La propuesta secreta de los ingleses a Perón por las Malvinas.
El ex embajador Ortiz de Rozas revela detalles de las negociaciones de 1974 con Gran Bretaña para establecer un condominio sobre las islas; qué decía el documento presentado por los británicos al ex presidente
Por Maia Jastreblansky | LA NACION

Fue testigo de una parte crucial de la historia bilateral y revela detalles de gestiones desconocidas porMalvinas . El 11 de junio de 1974, Gran Bretaña le propuso a Juan Domingo Perón una administración compartida sobre las islas. Ese día, el ex presidente proyectó el camino para recuperarlas definitivamente. De aquella situación hoy da testimonio el ex embajador Carlos Ortiz de Rozas, un diplomático de más de 45 años de carrera que estuvo cerca de numerosas negociaciones diplomáticas en torno al archipiélago.
"Si ponemos un pie sobre las islas, no nos sacan más", le confió Perón, por entonces, a su canciller, según relata Ortiz de Rozas a La Nación. Un condominio entre los dos países resultaba una salida controvertida si lo que se quería era obtener la soberanía inmediata.
La historia quiso que el presidente falleciera tres semanas después y las negociaciones se desvanecieron durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón. Después llegaría el gobierno de facto, la guerra de 1982 y la relación bilateral daría un vuelco difícil de revertir.

LA PROPUESTA
Quienes conocen los corrillos diplomáticos aseguran que la propuesta británica a Perón de 1974 está archivada en algún lugar de la Cancillería. Se trata de un non-paper (documento no oficial) a cuya copia pudo acceder este medio, que le proponía un condominio sobre las islas. La intención, dice el escrito, era "poner fin a la disputa sobre la soberanía" y "crear una atmósfera favorable dentro de la cual los isleños podrían desarrollarse de acuerdo a sus intereses".
Aquel texto fue entregado por el entonces embajador británico en Buenos Aires, James Hutton, a Perón y a su ministro de Relaciones Exteriores, Alberto Vignes, en una reunión confidencial.
Entre otros puntos, proponía que las banderas de Gran Bretaña y Argentina fueran "enarboladas juntas" en tierra malvinense, que allí convivieran el inglés y el castellano como idiomas oficiales y que el gobernador de las islas fuera "designado de manera alternada por la Reina y el presidente argentino".
"Sobre estas bases, el gobierno de Su Majestad propone que, si el gobierno argentino está de acuerdo, deberían realizarse conversaciones oficiales o preliminares en Buenos Aires lo antes posible", concluye el texto.
Una copia del non-paper con la propuesta británica.

 El texto en inglés de la propuesta británica a Perón.


EN LA AGENDA DE PERÓN
Ortiz de Rozas es una de las pocas personas que supo de aquel encuentro. Este ex embajador en Gran Bretaña, Austria, Francia y Estados Unidos, ex presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y jefe de la misión para las negociaciones con Chile bajo la mediación del Papa Juan Pablo II, intervino en distintas negociaciones confidenciales sobre las islas, algunas de las cuales reveló en su libro, Confidencias diplomáticas, editado en junio del año pasado.
Estaba cumpliendo funciones en la ONU, cuando Vignes le participó la propuesta británica de condominio y, en estricta reserva, le entregó una copia del non-paper. "Me confió que Perón le había expresado: «Aceptemos. Una vez que pongamos pie en las Malvinas no nos saca nadie y poco tiempo después la soberanía será argentina por completo», relata a La Nación.
Pero el 1° de julio de 1974, tres semanas después de la reunión con la comitiva inglesa, Perón falleció. Su viuda, Isabel Martínez de Perón, heredó la presidencia y el asunto del condominio quedó sin resolver. "Isabelita no habrá querido avanzar porque temía a algunos sectores que pretendían una posición más dura con Gran Bretaña", reflexiona Ortiz de Rozas, a sus 85 años.
No obstante, un documento fechado el 20 de diciembre de 1974 revela que el proyecto no había sido borrado de la agenda. El texto consiste en una versión en castellano del non-paper británico, firmada y sellada por el Departamento de traducciones de la Cancillería argentina. "Pero los ingleses se dieron cuenta que sin Perón la iniciativa no iba a ningún lado, y retiraron la propuesta", señala Ortiz de Rozas.
La traducción del documento tras la muerte de Perón.

 Traducción de la propuesta británica realizada tras la muerte de Perón.


El gobierno de Isabelita pronto se vería sumido en serios conflictos políticos internos y ni Argentina ni Gran Bretaña volvieron a dar señales con respecto al condominio. Mucho menos después del golpe de la Junta Militar, cuando empezó a tomar fuerza el camino bélico.
"Camino equivocado".

Ortiz de Rozas estaba en la embajada argentina en Londres cuando, en la madrugada del 2 de abril de 1982, se conoció el desembarco argentino en Malvinas. "Apenas me enteré, supe que el trabajo de años se venía abajo. Lo único que logró [Leopoldo] Galtieri fue darle la oportunidad a Margaret Tatcher de no ser eyectada del gobierno británico", opina entre las fotografías y condecoraciones que decoran su amplísimo departamento de la Recoleta.
"Además de trágico, el de la guerra fue un camino equivocado, porque se habían dado pasos concretos para resolver el problema de la soberanía por la vía pacífica", reflexiona.
Y recuerda: "En 1966 Henry Hohler, subsecretario del Foreign Office para Asuntos de América del Sur, me invitó a un restaurante muy bueno de Londres y en términos confidenciales me informó que las islas ya no tenían el valor estratégico de antaño y que tarde o temprano iban a integrarse con Argentina. Me recomendaron hacer lo posible para conquistar la mente y el corazón de los isleños", agrega.
"Incluso en febrero de 1982, días antes de la guerra, en las rondas de la ONU se discutió la posibilidad de un retroarriendo, para que los ingleses se comprometieran administrar las Malvinas por un determinado número de generaciones y luego cedieran la soberanía", manifiesta Rozas.
Considera que "la historia hubiera sido distinta si se hubiesen dado pasos para que los isleños sintieran que la tutela argentina era lo mejor para sus intereses".


Harold Wilson, primer ministro británico en 1974, y Perón.

  

Por Maia Jastreblansky | LA NACION

domingo, 5 de mayo de 2013

El fotógrafo judío que pudo retratar el rostro del odio

 Todo el odio del mundo en el rostro de Joseph Goebbels (Foto: Alfred Eisenstaedt / Life magazine)


Alfred Eisenstaedt ha sido uno de los fotógrafos más destacados del siglo XX. Nacio en Dirschau, (Prusia Oriental, Polonia) el 6 de diciembre de 1898 y supo capturar con su lente inquieta muchos momentos memorables de la historia, entre ellos el recordado V-Day (día de la victoria norteamericana sobre Japón el 14 de agosto de 1945) logrando la famosa fotografía conocida como "El beso en Times Square". Marilyn Monroe también se detuvo frente a su lente, pero esa es otra historia...
Alfred Eisenstaedt era judío y como tal fue testigo involuntario del lamentable ascenso al poder del Partido Nacionalsocialista en la Alemania de los años '30 con toda su barbarie y falta de tolerancia como marcas indelebles a cuestas. Apenas iniciada oficialmente la marcha de la maquinaria de guerra, sangre y fuego de los nazis (con la complicidad de muchos) por Europa, Alfred Eisenstaedt tuvo la oportunidad de viajar a Ginebra, Suiza, en algún momento de 1933 y fue allí donde precisamente pudo fotografiar lo que parecía imposible: la falsedad, la intolerancia y la hipocresía, todo junto casi al mismo instante...

 Joseph Goebbels distendido y simpático antes de recibir "la mala noticia" (Foto: Alfred Eisenstaedt / Life magazine)


Joseph Goebbels, ministro de propaganda del Tercer Reich, se encontraba en la ciudad suiza y tal como era su costumbre cuando se topaba con corresponsales acerditados de los diferentes medios internacionales, sonreía, conversaba y les proponía un ambiente claramente (y falsamente) distendido. Goebbels sabía muy bien lo que era hacer "propaganda", era un hombre (por decirlo de algun modo) "mediático" y manejaba muy bien esos temas.
Alfred Eisenstaedt se acercó hasta el jerarca nazi y le tomó una fotografía. En la imagen se podía ver a un Joseph Goebbels sonriente, simpático, ameno, cercano. Pero de inmediato, un asistente de Goebbels se acercó y le comunicó al oído que el fotógrafo que acababa de tomarle la fotografía era judío, tras lo cual (Goebbels) sacó a relucir "su verdadero yo" y miró con todo el odio posible a Eisenstaedt, quedando registrado para la posteridad en la imagen que encabeza este artículo.
Alfred Eisenstaedt había sido capaz de fotografiar en cuestión de segundos al verdadero Joseph Goebbels: no había modo, no hubo manual de las relaciones públicas que pudiera contra el odio visceral de Goebbels contra los judíos y eso mismo pudo retratar Alfred Eisenstaedt en su inolvidable fotografía.
La mirada demoníaca de Goebbels no merece, ni necesita, más comentarios.

Alfred Eisenstaedt y su famosa foto "El beso en Times Square" (Foto: Alfred Eisenstaedt / Life magazine)


Alfred Eisenstaedt, como era de esperarse, no pudo seguir trabajando libremente en Europa bajo la sombra del nazismo durante los oscuros y nefastos días de la Segunda Guerra Mundial. Emigró a los Estados Unidos de América y falleció el 24 de agosto de 1995 en Jackson Heighs (Queens, New York). Sin embargo, aquella imagen del "verdadero" Joseph Goebbels captada en 1933, sigue más viva que nunca para mostrarnos el rostro del odio como pocas veces se ha visto...