jueves, 8 de marzo de 2012

Thomas Watson y el Holocausto: Cuando Hitler quiso una lista de los judíos, IBM le mostró cómo hacerla

Adolf Hitler dialoga con amigos. A su izquierda, Thomas Watson, fundador de la IBM.

Thomas Watson empezó a hacer sus primeras armas en el mundo de los negocios como un modesto vendedor ambulante de máquinas de coser y pianos. Sabor a poco para alguien que años después esgrimiría como frase de cabecera que "si uno quiere ser mañana una gran empresa, debe empezar hoy mismo a actuar como si lo fuera". El camino ascendente de Watson en los negocios, comenzó en realidad en 1895, cuando contando con 21 años de edad, se unió a una de las compañías más rapaces de entonces, la NCR (National Cash Register), una empresa fabricante de máquinas registradoras. Durante más de 17 años Watson hizo de todo para convertirse en el vendedor estrella de la compañía, sin dudar a la hora de utilizar los métodos más bajos y viles para eliminar a la competencia, tales como incendios de locales, sobornos, utilización de patotas para intimidar, etc. En 1912 Watson y los suyos fueron acusados formalmente por el gobierno por conspiración criminal para restringir el comercio y establecer un monopolio. El monstruo se estaba gestando.

Años más tarde Watson renunció a su cargo en NCR y se unió a Charles Flint, presidente de la CTR (Compañía Tabuladora Registradora). Flint era otro conspícuo personaje sin escrúpulos que, además de haber sido uno de los primeros norteamericanos en tener un auto, se dedicaba a comerciar armas y buques simultáneamente a países que eran enemigos entre sí, como por ejemplo Japón y Rusia o Chile y Perú entre otros. Junto a Flint, Watson, también aprendió a perfeccionar el sistema de "Trust", por medio del cual a través de combinaciones empresarias y maniobras secretas destruían literalmente a la competencia. Thomas Watson era paternalista y fundamentlmente autoritario, incluso llegando a obligar a sus empleados el modo en que debían vestirse (con trajes negros y camisa blanca) y también ordenando que se componga una canción en su nombre para recibirlo en la empresa. El monstruo seguía creciendo...

A partir de 1924 cambió el nombre de CTR por el de IBM (International Business Machines) y desde entonces ya nada sería igual. Ni para él ni para muchos otros.
Entrada ya la década del '30, Watson comenzó a viajar asiduamente a Alemania, cosa que se hizo de manera regular y sistemática entre 1933 y 1939. La amistad y admiración mutuas entre Watson y los principales jerarcas del Partido Nacional Socilista, Hitler a la cabeza, hizo que entre otras colaboraciones Watson y la IBM llevaran adelante el censo de Alemania en 1933. Los datos arrojados por el censo y el pormenorizado trabajo de IBM le permitieron a Hitler contar con el primer listado completo de todos y cada uno de los judíos de Alemania. IBM siempre había sido presentada por Watson como "una compañía de soluciones". Hitler, por supuesto buscaba esas "soluciones" (finales) y Watson estaba empezando a dárselas.

La máquina Hollertih y Thomas Watson.

La eficiencia de Watson hizo que Hitler lo condecorara a través de Hermann Göering, premiándolo con la Cruz al Mérito del Aguila Germana, la máxima distinción del Tercer Reich para personalidades extranjeras (como Henry Ford, por ejemplo). Pero ese entusiasmo mutuo no se detendría allí, sino que eso sería el comienzo de la puesta en marcha de una infernal y siniestra maquinaria en la que los dos, Thomas Watson y Adolf Hitler eran los principales engranajes. Watson, ni bien empezada la segunda guerra mundial, buscó a través de intermediarios, que las más avanzadas máquinas de tabulación de tarjetas perforadas llegaran al Tercer Reich y de ese modo ofreció nuevamente "soluciones" a Hitler. Desde entonces la filial alemana de IBM, la Deustche Hollerith Maschinen Gesellshaft (Dehomag), diseñó y perfeccionó un complicado sistema de entrecruzamiento de datos, direcciones, cuentas bancarias, orígen etc. de los judíos de Alemania a través de las tarjetas perforadas Hollerith pero adaptadas a sus nuevas necesidades. De este modo es que Hitler comenzó a "automatizar" la persecución de judíos, gitanos, religiosos y otros inadaptados sociales (según su punto de vista), para después poder confiscar sus bienes, deportarlos, utilizarlos como mano de obra esclava o bien confinarlos en los campos de concentración de manera mucho más sencilla y efectiva.

Esas mismas tarjetas perforadas se utilizaban en los campos de concentración. Al ingresar cada prisionero recibía un número de identificación Hollerith. Las tarjetas eran rectangulares, de trece centímetros de largo y 8 de alto, estando divididas en columnas numeradas con perforaciones en cada hilera. Había en total 16 diferentes categorías de tarjetas según la ubicación de las perforaciones, estando asignados números según el tipo de prisioneros. Así, los judíos tenían el número 8. los homosexuales el 3, los gitanos el 12 y los "antisociales" el 9, sólo por nombrar a algunos. Dado ésto, podemos decir que estas tarjetas eran ni más ni menos que códigos de barras para seres humanos.

La tarjeta perforada Hollertih.

Al respecto el escritor Edwin Black, autor del libro "IBM y el Holocausto" ha dicho de manera magistral que: "cuando Alemania quiso una lista de los judíos, IBM le mostró cómo hacerla".

Watson, sin embargo, seguiría mostrando la hilacha. Ni bien ingresados los Estados Unidos a la segunda guerra mundial, devolvió la condecoración entregada por Hitler, intentando comenzar a limpiar su prontuario.
La historia dice además que ningún ejecutivo de la IBM fue llevado por los aliados al banquillo de los acusados en los juicios de Nuremberg.
Watson, tras finalizar la guerra, descubrió no con poca satisfacción que la fábrica de IBM en Alemania no había recibido ni un rasguño ni de parte de los bombardeos alemanes ni del lado de los aliados. Zona protegida.
El magnate empresario norteamericano también encontró una muy buena manera de demostrar su cinismo al finalizar la contienda, ofreciendo sus servicios y "soluciones" a los aliados para participar con IBM en la sistematización de la reconstrucción de las zonas devastadas por la guerra.
El sistema de las tarjetas Hollerith, aunque con las lógicas actualizaciones, ha sido el mismo utilizado en las controvertidas y fraudulentas elecciones presidenciales de los Estados Unidos del año 2000 en las que resultó sugestivamente triunfador (en medio de denuncias de fraude) George W. Bush.

3 comentarios:

  1. Thanks for the post, This was exactly what I needed to see.Good list, keep up the good work
    Cajas Registradoras

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  2. Thanks Deepy! thanks for visiting the blog.

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  3. "El sistema de las tarjetas Hollerith, aunque con las lógicas actualizaciones, ha sido el mismo utilizado en las controvertidas y fraudulentas elecciones presidenciales de los Estados Unidos del año 2000 en las que resultó sugestivamente triunfador (en medio de denuncias de fraude) George W. Bush."

    ¿Un sistema parecido no sería el que ha dado la victoria a Maduro en Venezuela?

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